Su segundo álbum titulado La Caja Negra  ha sido el segundo disco más vendido en España.

En 2014 lanzó su primer disco La mansión de los espejos financiado por un crowfounding. Hoy, a sus 31 años, vuelve a la carga con un segundo disco que ha escrito, producido y arreglado totalmente sola. Tal y como hacía en los inicios de su carrera. Porque a pesar de haber sido fichada por Warner Music, ella decidió que debía desvincularse de la multinacional, tomarse su tiempo y resetear para encontrar el sonido definitivo.

Su estilo, que recurre a referentes como Avril Lavigne, Christina Aguilera y Alicia Keys y está lleno de dejes y golpes de sonido característicos, se puede encuadrar dentro de la música girl power que pisa fuerte (Nathy Peluso, Rosalía, Noah…). Y por eso nos gusta. La gaditana refleja con sus letras y su guitarra eléctrica algo que se aleja mucho de la temática del amor romántico. Cada pieza rebosa personalidad y es una afirmación de que su sonido es enteramente suyo.

Su lucha para llenar de personalidad el álbum, la llevó a tener que empezar de cero en varias ocasiones pero gracias a esa fuerza característica de ella, La caja negra contiene en esencia una identidad puramente artística. Un ejemplo de valentía y autenticidad a seguir. Porque Carmen no habla directamente de feminismo pero su música rompe barreras y muestra el empoderamiento, la igualdad, la autoafirmación y la conciliación.